Una de las experiencias más gratificantes de mi vida profesional fue sin duda dirigir e impartir este taller de pan para niños. La mayoría de los que asistieron son hijos de mis ex-compañeros de la fábrica de levadura Cinta Roja.
Fue también un reto profesional como técnico, ya que para ejecutar con éxito la idea de que cada niño se llevase la pieza de pan (cocida) que había estado formando/manipulando durante el evento, tuve que preparar previamente (en una panadería de confianza de Córdoba) la masa en bloque, ajustando el paso (dosis de levadura) y temperatura para que la masa estuviese en condiciones óptimas a la hora en la que calculábamos habría de pesarse una pieza para cada niño (tras un preámbulo teórico, primera parte del evento), teniendo en cuenta la alta temperatura ambiente en una caseta de la Feria de Córdoba, a las puertas de junio. Otra complicación técnica era la ausencia de cámara de fermentación, por lo que esta fase se realizó directamente en las latas tapadas con telas (dada la baja HR ambiente, tuve que controlar la humedad en la fermentación con un método recurrente). El resultado fue francamente bueno y cada niño pudo disfrutar de su pan al final del evento (para ello identificamos a cada niño con un número se correspondía con el que habíamos identificado cada pieza).
Un día inolvidable para todos. Recuerdo las caras de satisfacción de los niñ@s tras sacar sus panes del horno... Más de uno le hincó el diente... jejeje
Gracias a todos (padres y niños) por el día que pasamos juntos en torno al PAN... y a los que confiaron en mí para dirigir este evento.
Un día inolvidable para todos. Recuerdo las caras de satisfacción de los niñ@s tras sacar sus panes del horno... Más de uno le hincó el diente... jejeje
Gracias a todos (padres y niños) por el día que pasamos juntos en torno al PAN... y a los que confiaron en mí para dirigir este evento.